El dolor es la incapacidad absoluta de orientarse en ningún sentido.
Como cuando una intensa cerrazón invade al monte, el dolor es esa oscuridad producida por el encapotamiento del cielo. Esa negra masa de nubes que anula la visibilidad.
EL DOLOR NO DEJA VER
En general, lo que hacemos ante el dolor emocional, al igual que ante el dolor físico, es pretender quedarnos quietos.
Pero… así como a veces al despertar nos duele el cuerpo… y el solo hecho de comenzar a movernos alivia ese dolor… el dolor del alma nos pide ponernos en movimiento.
MOVERNOS PARA VOLVER A VER
Cuando el dolor del alma te enceguece y te impide avanzar, podés tomarte un tiempo para detenerte y sentirlo plena y conscientemente.
Pero no te demores en ese detenimiento en particular. El movimiento, por más que al principio cueste, trae consigo un poco de alivio y ofrece una perspectiva diferente sobre las situaciones.
¿Qué te está doliendo? ¿Cuál podría ser tu próximo movimiento?
Ekin, Director y Fundador de Ser Interior.